La autonomía hace referencia a la capacidad para tener opiniones, gustos, tomar decisiones propias, saber utilizar la educación y tener una moral. El desarrollo de la autonomía debe ser el fin de la educación, según Piaget (1948).
Un niño o adulto autónomo actúa según sus propias convicciones, utilizando su conocimiento del medio.
Desde pequeños los niños van adquiriendo diferentes responsabilidades según su edad; desde aprender a guardar sus juguetes hasta conseguir vestirse solos.
Un niño autónomo sabrá que mentir, por ejemplo, no es una vía adecuada para conseguir lo que se propone y sabrá tomar decisiones acertadas por sí mismo; por otro lado, uno menos autónomo, utilizará la mentira si sus compañeros le dicen que lo haga por un bien común o el propio aunque en ocasiones sepa que no es lo correcto.
¿Cómo se consigue? en cualquiera de las áreas mencionadas, previamente debe haber un aprendizaje que sea significativo y perdurable en el tiempo para que lo viva desde su experiencia. Deben estimular la curiosidad y la indagación; aspectos que ayudarán a que los aprendizajes se interioricen.
Si el niño se acostumbra a que le digan las respuestas y le solucionen los problemas, no habrá aprendizaje que promueva una conducta autónoma en la adultez.
Acciones que promueven la autonomía en los niños de edades preescolares:
- Formula preguntas que favorezcan su capacidad reflexiva.
- Dale la oportunidad de tomar sus propias decisiones; (Poco a poco van identificando que sus acciones tienen consecuencias.)
- Genera actividades en casa con responsabilidades que pueda asumir y confía en su capacidad para desarrollarlas.
- Bríndale espacio para que pueda experimentar por sí mismo.
- Permite que tenga sus propios gustos. (La singularidad tiene un gran valor para ellos)
- Motívalo a que tenga su propia opinión y que haga uso de ella, la comparta y la defienda, siempre desde una visión crítica y reflexiva.
- Festeja sus logros y provoca que busque alcanzar sus metas esforzándose siempre.
- Involúcralo en los planes de la familia, teniendo en cuenta sus ideas y aportaciones en los procesos de decisión.
Los padres y educadores debemos dar la oportunidad a los niños de explorar, errar, caer, levantarse y tomar decisiones. Todo esto, bajo la supervisión de los adultos; ya que somos sus guías y apoyo. El mejor desarrollo lo alcanzarán de haber aprendido desde sus propias experiencias.
Abril Godoy Franco
Dirección Preschool